Así era de la vida de este extraordinario ser, que ya malherido luchaba por seguir adelante, sobreponiéndose a la desaparición de su única compañera, la cono hembra gigante, de la que no había vuelto a saber nada.
Triste, ya sin fuerzas para seguir adelante, fue encontrado por el M.L.C., que enseguida desplazó a la Isleta de los Conos Gigantes un comando destinado a la liberación de: King-Kongno.
Esta ha sido hasta ahora la misión más compleja del M.L.C. ya que, debido a la soledad, el mal estado de salud y su gran tamaño, King-Kongno era muy agresivo y difícil de transportar. Pero gracias a la labor de nuestro equipo de psicólogos, fue posible llegar a conocer su triste historia. Nos hablo de su deseo de divertirse y de su intención de subir a un lugar alto desde el cual poder buscar a King-Kongna, la cono hembra a la que tanto extrañaba.
La primera fase de la liberación fue por tanto divertirse un poco. Él mismo, al ver un parque, decidió que quería jugar... y por supuesto, así fue. Estos son algunos de los momentos en los que disfrutó como un niño-cono...
Tras los juegos, llegó la siempre dura hora de dejarlo marchar, pero ese era su deseo y por tanto nuestra misión. El edificio elegido, a falta de un Empire State Building, fue la torre del que será el castillo de King-Kongno hasta el regreso de su amada.
Un cono libre... un cono feliz.
